Un santiagueño tiene dos sexos y quiere ser varón.

Nació hace 15 años en un pueblo de Santiago del Estero con los genitales masculinos y femeninos a la vez. Desea cambiar su identidad para llamarse como su padre.

El adolescente del pequeño paraje del interior del departamento Juan Felipe Ibarra, en Santiago del Estero, quiere definir su sexo antes de fin de año.

Lleva 15 años viviendo como un hombre, aunque en su DNI figura una mujer.

Nació en un hogar muy humilde, al igual que sus otros siete hermanos. A simple vista, para los padres, el fruto de aquel segundo parto era una nenita, aunque con una diferencia en los genitales.

Ante la jueza de Paz fue inscripto como niña y durante los primeros seis meses de vida, vistió el color rosa, como toda mujercita. Pero a medida que fue creciendo, aquella anomalía se evidenció en un órgano sexual masculino.

A los tres años, los doctores Juan Carlos Palomares y Javier Oliva, médico radiante de la zona, diagnosticaron que se trataba de un paciente cuya sexualidad no había terminado de definirse. Plantearon la necesidad de una intervención quirúrgica inmediata y su traslado al Hospital de Niños de Santiago del Estero.

Pero los años pasaron, a la par de acentuarse los caracteres masculinos.

A siete meses de cumplir sus 16 años, espera que una operación defina y le otorgue contuncencia a su masculinidad.

Sin intermediarios, desea renovar y obtener un documento definitivo: tajante, resolvió cambiarse de nombre y llamarse César, como su difunto padre.

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